SEMANA 2 - SEGUNDA ACTIVIDAD: LECTURA "LAS DOS CARAS DE HIDROITUANGO"

Realizar la siguiente lectura – “DOS CARAS DE HIDROITUANGO”, con el fin de identificar y hacer un listado de los diferentes Impactos Ambientales, de carácter positivo o negativo a la Salud Humana y a los Recursos Naturales (agua, suelo, aire, fauna y flora) del ecosistema afectado. Deberán consignarlos brevemente en la siguiente tabla:

DOS CARAS DE HIDROITUANGO
IMPACTOS AMBIENTALES: POSITIVOS Y NEGATIVOS
SALUD HUMANA
RECURSO AGUA
RECURSO SUELO
RECURSO AIRE
RECURSO FAUNA
RECURSO FLORA































LECTURA - “DOS CARAS DE HIDROITUANGO”
Medio Ambiente, 19 Feb 2014 - 6:10 AM, Angélica María Cuevas Guarnizo - Walter Arias

LA DESVIACIÓN DEL RÍO CAUCA, CONSIDERADA UNA OBRA DE INGENIERÍA SIN PRECEDENTES, TAMBIÉN IMPLICA SERIOS IMPACTOS SOCIALES Y AMBIENTALES.

El lamento de los pobladores: Los últimos avances en la construcción de Hidroituango se han convertido en motivo de celebración nacional. Las imágenes de los monumentales túneles, de un kilómetro de longitud y 14 metros de altura, por donde se desviará el río Cauca en Antioquia, entre Ituango y Briceño, son vistas por el Gobierno y Empresas Públicas de Medellín (EPM) como la materialización del progreso. Sin duda estamos ante una obra de ingeniería sin precedentes en Colombia. Será la represa más grande del país.

Pero otra cosa piensan los campesinos afectados por las obras y quienes intentan llamar la atención sobre los impactos ambientales que traen las obras de una represa de esta magnitud.
Luz Piedad Mazo, habitante de Ituango, dejó de sacar oro del río Cauca después de que asesinaron a su hijo “por oponerse a la represa”, dice. Llegó a Bogotá hace tres meses a trabajar en una casa de familia cuidando niños.

“Ayer lloré cuando escuché que la desviación del Cauca era una realidad. Las obras de Hidroituango acabaron con nuestras costumbres, con nuestro tejido social y nuestra tierra. Me tocó irme de la finca y dedicarme a lo que fuera. Antes era barequera, ahora nadie me da trabajo. ¿De qué van a vivir mis hijos? Soy desplazada por un gobierno que prefirió sacarnos de ahí para venderle energía a otros países”, dice.

A Fabio Muñoz, campesino de Briceño (Antioquia) y líder comunitario, lo agarró la noticia de la desviación en su finca de la vereda Orejón. “Estoy parado en el cañón a 1.200 metros sobre el nivel del mar. Desde aquí veo el río, allá abajo, y parte de las obras. Desde aquí escuchamos las explosiones que ya nos tienen las casas agrietadas. Hasta aquí nos llegan las nubes de polvo. Soy testigo del ruido, de que los animales se desesperan”, dice al otro lado del teléfono.

Él hace parte del movimiento Ríos Vivos, que agrupa a unas 700 personas afectadas por las obras. Las mismas que el año pasado vivieron siete meses en la Universidad de Antioquia, en Medellín, reclamándole al Gobierno y a EPM garantías para seguir trabajando y viviendo tranquilos, como antes. “Aunque las obras llevan tres o cuatro años andando, la incertidumbre sobre nuestro futuro continúa. Ya no se puede ir a pescar ni sembrar cerca del río”, dice Muñoz.

Los campesinos dicen que han sido etiquetados como violentos, que su derecho a protestar ha sido reprimido. “La gente tiene miedo de salir a protestar. El lunes queríamos visibilizarnos en contra de la desviación, pero los alrededores a las obras estaban completamente militarizados, había escuadrones antidisturbios y la gente se asustó. Nos están cerrando el paso al río”, dice Edwin Villegas, habitante de Ituango y vocero de Ríos Vivos.

Otra organización que ha llamado la atención sobre las afectaciones ambientales que vendrán con el represamiento del Cauca es Censat Agua Viva. Su directora Tatiana Roa, advierte que la vida del río se transformará por completo.

“Así como ha ocurrido con otras represas en el país, en Urrá (Córdoba) o el río Ranchería (La Guajira) los peces comerciales, como el bocachico, desaparecerán de un área extensa porque se interrumpirá su migración natural. La construcción de los muros implicará la destrucción de extensiones de bosque y se desplazará a muchas especies animales. Las inundaciones producirán grandes cantidades de metano, producto de la descomposición de toda la materia viva que quedará debajo del agua. Además, la cultura de los barequeros de ese cañón es muy poco conocida en el país y se va a perder con las inundaciones”, explica Roa.

‘SE MEJORARÁ LA CALIDAD DE VIDA DE LA GENTE’: EPM
Por: Wálter Arias / Medellín.  El lunes en la mañana un tramo de casi un kilómetro del río Cauca comenzó a correr por entre dos túneles construidos dentro de la cordillera Central, en los límites de los municipios de Ituango y Briceño (Antioquia). Ese momento fue considerado histórico para la ingeniería y la economía del país.

Por primera vez se desvía una corriente cercana a los 1.000 metros cúbicos por segundo. Y por primera vez se emprende la construcción de una presa —en el tramo que deja libre el río— que contendrá 20 millones de metros cúbicos de agua y permitirá producir el 17% de la energía del país (2.400 megavatios) cuando la hidroeléctrica Ituango esté al cien por ciento de su funcionamiento. 
Comenzará a operar en diciembre de 2018 y estará completamente finalizada en 2021.

Pese a que aún falta el 80% de la obra, las directivas de Hidroituango afirman que se llegó a un punto sin retorno porque arrancaron en firme las dos principales obras del proyecto: la presa de 225 metros de alto y la casa de máquinas, donde estarán ocho turbinas tipo Francis.

Por ahora, lo claro para las directivas del proyecto es que estas obras permiten vislumbrar lo que significará Hidroituango para la región y el país. “Con este proyecto contribuiremos a mejorar la calidad de vida de las comunidades a través de la generación de empleo, los programas del plan de manejo ambiental y social y el plan integral para inversión social”, dijo el lunes Juan Esteban Calle, durante los actos que dieron inicio al desvío del río.

En este punto, voceros de la Hidroituango y la Gobernación de Antioquia han destacado la inversión en las comunidades directamente afectadas. Por ejemplo, $58.000 millones en vías secundarias, terciarias y caminos de herradura en las localidades, las cuales beneficiarán a por lo menos 90.000 habitantes del norte y el occidente de Antioquia. Y también los cerca de $37.000 millones en los programas Antioquia Iluminada, de electrificación rural, Aldeas y agua potable para escuelas rurales, entre otras.

EPM también dice que el cuidado del medio ambiente ha sido riguroso. Asegura que el proceso de desviación del río, que toma unas dos semanas aproximadamente, tiene el acompañamiento de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA). La entidad gubernamental se encarga de supervisar que efectivamente se rescate a los peces que posiblemente queden en algunos charcos y pozos tras la desviación y se trasladen aguas arriba del río Cauca.

De esta manera avanzan las obras de un proyecto que tiene un valor de $5.508 millones y que ingenieros visionarios comenzaron a proyectar desde de la década de 1950.

EL PAISAJE QUE CAMBIARÁ HIDROITUANGO
Antes de quedar sumergidas bajo un espejo de agua de 3.800 hectáreas, alargado 79 kilómetros en el cauce del Cauca, las laderas comprendidas en el proyecto hidroeléctrico Ituango terminarán por parecerse a un desierto. Cinco años durará la transformación antes de que sean inundadas esas tierras. Animales y plantas deberán ser retiradas; sin embargo EPM se compromete con una compensación que supere este impacto.

En palabras más técnicas el biólogo Hernán Sánchez Cruz, profesional del Equipo de Gestión Ambiental de la Subgerencia de Sostenibilidad EPM Ituango, señala que para dar forma a la represa se debe adecuar el vaso del embalse. Para los animales el proceso comprende el ahuyentamiento, rescate y reubicación de la fauna silvestre; para las plantas el desmonte de la cobertura vegetal, el rescate y reubicación de plántulas y semillas y el establecimiento de áreas de compensación forestal.
Explica que la vegetación se debe remover para evitar la generación de gases de efecto invernadero y afectación de la calidad del agua embalsada por descomposición.

Según el experto, el que sea un proceso llevado a cabo durante cinco años hace menos traumático el impacto tanto en las 5.300 hectáreas que se necesitan para el embalse como en las 18.000 que conforman el área de protección a la cual se desplazará la fauna silvestre.

"Los individuos irán migrando pasivamente a estas zonas donde se establecen nuevos hábitats óptimos para ellos, aspecto que también garantiza que no haya una fuerte competitividad por territorios", anota.

Señala que hay estudios previos de diagnóstico, caracterización y establecimiento de sitios que garanticen que los animales que se reubicarán cuenten con los hábitats adecuados que permitan su supervivencia.

Agrega que "el diagnóstico implica conocer las especies que viven en estos sitios y cuál es el estado de sus poblaciones", entre otros aspectos. Confía en saber con base en los estudios cuáles son las especies vulnerables o que están en algún grado de peligro, para hacer mayor énfasis en su protección.

El plan de manejo ambiental, aprobado como parte integral de la licencia ambiental otorgada mediante Resolución 0155 de enero de 2009, contempla dos programas, el de manejo y conservación de la vegetación y el de manejo de hábitats y organismos, que apuntan a proteger la flora y la fauna presentes en el área de influencia del proyecto.  

Ante el innegable impacto ambiental que EPM está comprometido a mitigar, Sánchez considera preciso advertir que no toda el área afectada es de bosques. Anota que también hay cultivos, pastos, áreas degradadas y zonas de alta pendiente, que no pueden ser aprovechadas, así como bosques muy intervenidos.

Agrega que, con la conformación de una zona protegida de 18.000 hectáreas de bosques, se busca que el costo que el proyecto implique para el medio ambiente no sea muy significativo. Incluso se refiere a un "enriquecimiento ecológico en estas zonas".

Sánchez destaca la construcción de un centro de atención de fauna en el área protegida del proyecto, que busca dar atención primaria a las especies que puedan ser afectadas en los procesos constructivos.

Aunque la preocupación por el impacto ambiental ha sido uno de los reparos que ha llevado a organizaciones como Ríos Vivos a oponerse al proyecto, expertos como el diputado Edinson Muñoz Ciro, biólogo y magister en Bosques y Conservación Ambiental, advierten que la mayor afectación —y por ello motivo de polémica— tiene que ver con aspectos sociales y económicos de los pobladores dedicados a la minería artesanal.

Para el diputado, el debate sobre las compensaciones económicas, pese a que estas pasan por un proceso concertado en el cual también tiene representación la comunidad, ha sido motivo de controversia, más que la afectación al medioambiente.

Sobre este punto el alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria, percibe "intereses oscuros entre quienes quieren manipular a personas de la región". Recientemente el mandatario llamó a la Agencia Nacional de Licencias Ambientales para que no se convierta en cuello de botella del proyecto: "Hay que ser más efectivos en la gestión. No se puede frenar el desarrollo", dijo.

PRESENTACION DEL PLAN AMBIENTAL ALREDEDOR DEL PROYECTO HIDROITUANGO
La megaobra, que avanza en más de un 60 por ciento, socializó los estudios de gestión ambiental.
Para lograr construir la hidroeléctrica más grande del país, en Hidroituango no se ha movido el cielo, pero sí la tierra. No solo modificaron el cauce del río Cauca, sino que también han tenido que pintar de café y gris, zonas que eran verdes.

Por eso, en su plan para mitigar y recuperar algunas de esas zonas, el pasado viernes en el Jardín Botánico de Medellín, EPM y el proyecto hidroeléctrico Ituango realizaron el primer Foro Ambiental, en el que presentaron los estudios que en materia de gestión ambiental adelantan, con el propósito de contribuir al desarrollo del territorio donde se construye la megaobra.

Al evento asistió la comunidad académica, organizaciones ambientalistas y comunidad en general.
En diferentes ocasiones, la construcción de Hidroituango ha sido acusada de ocasionar problemas ambientales.

En el foro se tocaron temas como: Estudio hidrológico y de sedimentación del río Cauca en la zona de influencia del proyecto hidroeléctrico Ituango; modelamiento de la calidad del agua del embalse, gestión del recurso hídrico como potencial en la estructuración socioecológica del territorio, la gestión integral de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en la zona de influencia del proyecto y el estudio sobre los usos potenciales y complementarios del embalse.

También se presenta el modelo de integración territorial para la contribución al desarrollo sostenible.
Según se indicó en el foro, el Plan de Manejo Ambiental del proyecto permitirá restaurar aproximadamente 17.000 hectáreas de bosque tropical. De esas, 14.000 corresponden a bosque seco tropical y 3.000 a bosque húmedo tropical.

Además, este incluye un área de protección de 1.650 hectáreas donde se desarrollarán actividades de manejo y conservación de ecosistemas, establecimiento de corredores biológicos, estímulos a la regeneración natural, revegetalización y establecimiento de plantaciones forestales.

Jorge Ignacio Castaño, director ambiental del proyecto, indicó que mediante una “inversión social adicional se brindan posibilidades y oportunidades en ámbitos como educación, vivienda y oportunidad de empleo”.

Y es que el uso del embalse, acorde a un estudio adelantado por la Universidad Nacional, tiene otros usos además de la generación de energía. Desarrollar navegación liviana de tipo comercial y de pasajeros, pesca artesanal y turismo ecológico son algunas de las posibilidades que se podrán realizar en el embalse según el estudio.

Sin embargo, no todos los grupos ambientales han estado de acuerdo con las obras de Hidroituango, no solo por el impacto ambiental que aseguran ha causado, sino también por lo social. El Movimiento Ríos Vivos de Antioquia, ha sido uno de los principales opositores al proyecto.  Isabel Cristina Zuleta, una de las principales voceras del movimiento, denunció que la obra pretende talar 4.500 hectáreas para llenar el embalse de la hidroeléctrica. Allí, estarían en riesgo aproximadamente 2.600 especies de plantas, al menos 230 de aves, 60 de mamíferos, de las cuales 119 especies animales son endémicas.

LAS OBRAS NO SE DETIENEN: El cronograma para que a finales de 2018 entre en operación comercial la primera unidad de generación de energía de 300 megavatios (MW) se está cumpliendo según informó EPM.

Las obras en Hidroituango superaron el 60 por ciento y contará con ocho de esas unidades para un total de generación de 2.400 megavatios.

La presa, que tendrá una altura de 225 metros (dos veces el edificio Coltejer), ya va en el 41 por ciento y de los 20 millones de metros cúbicos que requiere en su totalidad esta estructura ya se han colocado 8 millones.

De otro lado, en el vertedero, que es otra de las obras principales del megaproyecto, EPM explicó que allí ya se han excavado 11 millones de metros cúbicos, lo que corresponde a un 76 por ciento de avance en los trabajos.

“A través del vertedero se asegurará que no se modifique el régimen de caudales, lo que significa que aguas abajo de la presa el río Cauca mantendrá su caudal normal”, expresó Wilson Chinchilla, vicepresidente de Proyectos e Ingeniería de EPM.





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